Letra de Senda Florida
(Música: Rafael Rossi. Letra: Eugenio Cárdenas)
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Por esta senda donde un bello ruiseñor
cantaba alegre sobre un viejo ventanal,
por esta senda yo he volcado, de mi infancia
las arrogancias de mis años de esplendor.
Aquí, del canto de las brisas, aprendí
las armonías de una dicha singular,
y el alba radiante con su deslumbrante
corola de luces me enseñó a adorar.
Bella senda donde mi alma aprendió a querer,
cantaba alegre sobre un viejo ventanal,
por esta senda yo he volcado, de mi infancia
las arrogancias de mis años de esplendor.
Aquí, del canto de las brisas, aprendí
las armonías de una dicha singular,
y el alba radiante con su deslumbrante
corola de luces me enseñó a adorar.
Bella senda donde mi alma aprendió a querer,
donde con mis juegos placenteros
pasé los años primeros que ya no pueden volver.
Felices años que adoraba con vehemencia
bajo el cielo de inocencia que me hacía enternecer.
Soy un jilguero que va volando, volando,
y su canto va dejando con infinito fervor,
pues en tu senda que está llena de esplendores,
pasé los años primeros que ya no pueden volver.
Felices años que adoraba con vehemencia
bajo el cielo de inocencia que me hacía enternecer.
Soy un jilguero que va volando, volando,
y su canto va dejando con infinito fervor,
pues en tu senda que está llena de esplendores,
con las más fragantes flores hice mi nido de amor.
En un recodo de tu senda está mi hogar,
donde mi amada, con dulcísima emoción,
dice a la vida la belleza que la inunda,
con las palabras que modula en su canción.
Senda florida que jamás olvidaré;
bendita senda donde las dichas bebí,
y que has perfumado el goce anhelado
de verme inundado de azul porvenir.
Bella senda donde mi alma aprendió a querer,
En un recodo de tu senda está mi hogar,
donde mi amada, con dulcísima emoción,
dice a la vida la belleza que la inunda,
con las palabras que modula en su canción.
Senda florida que jamás olvidaré;
bendita senda donde las dichas bebí,
y que has perfumado el goce anhelado
de verme inundado de azul porvenir.
Bella senda donde mi alma aprendió a querer,
donde con mis juegos placenteros
pasé los años primeros que ya no pueden volver.
Felices años que adoraba con vehemencia
bajo el cielo de inocencia que me hacía enternecer.
Soy un jilguero que va volando, volando,
y su canto va dejando con infinito fervor,
pues en tu senda que está llena de esplendores,
pasé los años primeros que ya no pueden volver.
Felices años que adoraba con vehemencia
bajo el cielo de inocencia que me hacía enternecer.
Soy un jilguero que va volando, volando,
y su canto va dejando con infinito fervor,
pues en tu senda que está llena de esplendores,
con las más fragantes flores hice mi nido de amor.
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